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Bután: viaje de prospección por el último Shangri-La

Acabo de regresar de una prospección muy especial. Durante cinco días recorrí uno de los destinos más fascinantes y singulares del planeta: Bután, conocido como la tierra del dragón del trueno.

Un país que durante décadas permaneció cerrado al mundo y que hoy protege con celo su cultura, naturaleza y espiritualidad.

Este viaje no fue turístico. Fue una exploración profunda para valorar si Bután puede integrarse como uno de nuestros viajes sostenibles en grupo. Y después de lo vivido, puedo decir que Bután encarna todo lo que buscamos en Èxode: conexión, autenticidad y un fuerte compromiso con el bienestar colectivo.

Día 1 – Llegada a Paro y primeras impresiones en Thimphu

Aterrizar en Paro ya es una experiencia en sí misma: un vuelo que roza los picos del Himalaya antes de una maniobra precisa entre montañas. El país te recibe con calma, sin estridencias. En Thimphu, la capital, se respira una armonía particular: arquitectura tradicional, ausencia de semáforos, y una vida que fluye a un ritmo sereno.

Visitamos el Buda Dordenma, el National Memorial Chorten, el mercado de artesanías y el campo de tiro con arco. Todos espacios vivos, donde la espiritualidad y lo cotidiano se entrelazan. Ideal para quienes buscan experiencias significativas en Bután, más allá de lo superficial.

 

Vista panorámica del valle de Thimphu y Tashichho Dzong

 

Día 2 – Del paso de Dochula a la espiritualidad de Punakha

Atravesar el paso de Dochula, con sus 108 estupas envueltas en niebla, fue uno de los momentos más místicos del viaje. Desde allí, descendimos hacia el valle de Punakha, más cálido y fértil. Visitamos el templo de fertilidad Chimi Lhakhang y el majestuoso Punakha Dzong, una joya arquitectónica entre dos ríos. Es un lugar ideal para viajeros que buscan una conexión con lo espiritual y lo natural.

 

Paso de Dochula 

 

Día 3 – Caminata entre arrozales y llegada a Paro

Comenzamos el día caminando hacia el Khamsum Yuelley Namgyal Chorten, entre terrazas de arroz y paisajes rurales que parecen detenidos en el tiempo. En esta ruta fuera de los circuitos turísticos clásicos, saludamos a campesinos, cruzamos puentes tradicionales y sentimos la verdadera esencia del Bután agrícola.

 

Khamsum Yuelley Namgyal Chorten

 

Día 4 – Taktsang, el símbolo del viaje consciente a Bután

El ascenso al Taktsang (Nido del Tigre) fue la cumbre emocional y física del viaje. Un sendero exigente y profundamente significativo. Este monasterio, suspendido en un acantilado, simboliza lo que es un viaje consciente: esfuerzo, contemplación y recompensa. La cena de esa noche, en una casa familiar, fue el broche perfecto: cocina local, historias compartidas, hospitalidad sincera.

 

Taktsang es un lugar sagrado budista Vajrayana en el Himalaya, localizado en un acantilado en el valle de Paro

 

¿Por qué Bután es destino Èxode?

Bután es exclusivo no por lujo, sino por coherencia. Ha decidido recibir solo a quienes valoran la sostenibilidad y la inmersión cultural. Aquí, cada visitante contribuye al desarrollo del país a través de una tasa que financia educación y sanidad.

Para Èxode, organizar viajes sostenibles en grupo a Bután es una manera de promover un turismo respetuoso y transformador. No es un destino para todos, pero sí para los viajeros y viajeras de Èxode.

Pronto lanzaremos nuestras primeras salidas a Bután.

Pere Isern, CEO ÈXODE

Puente colgante de Punakha

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