Viajar a Bolivia es encontrarse con una cultura y tradiciones ancestrales, pueblos originarios, arquitectura colonial, historia y costumbres, salares y volcanes, Amazonas y el Altiplano, selvas y desiertos. El Lago Titicaca y la Isla del Sol, Gastronomía y mercados. Cerveza Paceña y Singani. Descubrirás un país donde se entremezclan, lo moderno y lo ancestral, lo occidental y lo autóctono, lo hispánico y lo indígena. Un viaje por el altiplano, tierra dura, inhóspita, donde solo el viento habla, El Salar y el Desierto de Lipiez, solo los milenarios volcanes aún activos vienen a perturbar el reposo de este mundo mineral.
Potosí, la ciudad más poblada del mundo en los tiempos en los que se extraía plata a borbotones de las entrañas del “cerro rico”. Sucre la blanca, la primera capital de Bolivia se asemeja hoy en día a una capital provincial en la que la vida pasa detenida. Su riqueza arquitectónica es innegable, aquí, ningún rascacielos osa perturbar la armonía de las piedras doradas por el sol, la belleza de los tejados rojos o las líneas blancas sobre los numerosos campanarios de la ciudad. A 65 km de Sucre, se halla la población de Tarabuco, el lugar es ahora conocido por su famoso mercado de artesanías, uno de los más típicos del continente, y por sus habitantes, quienes han guardado intactos el arte de su vestuario y los trazos particulares de su raza: fineza de rostro y elevada estatura. Puedes hacer un viaje a medida por este enigmático país.
